La ilustración fue un movimiento histórico, filosófico y político iniciado a principios del siglo XVIII, también conocido como el Siglo de las Luces. El pensamiento ilustrado repercutió notablemente sobre la alta burguesía, que pretendía hacerse con el poder político. Además, se pretendía luchar contra la injusticia, libertad frente a la opresión de la época y sus tradiciones, con el fin de permitir avanzar al ser humano respecto al conocimiento, basándose en la razón humana.
Todo ello se vino formando como consecuencia de los avances de la ciencia y las matemáticas, más concretamente, a partir de la revolución científica, vinculada también a la revolución industrial. Esta nueva ideología consideraba posible y de máxima necesidad lograr un progreso que permitiese cambiar el mundo, atacando las creencias religiosas y siendo a la vez contraria a los métodos filosóficos de la metafísica dogmática.
El empirismo de J. Locke inspiró en gran medida a las mentes ilustradas, participando en lo que posteriormente constituiría ese deseo de cambio y progreso basado en la razón que pretendía llevas la justicia y la felicidad a la época. Según Kant, la ilustración consiste en un proceso moral, en el cual la razón, como facultad humana de razonar, y la experiencia son las bases necesarias para lograr dichos cambios, obteniendo así un conocimiento verdadero.
Del mismo modo que la experiencia supone el aporte de luz necesario para conducir hacia la verdad, los Ilustrados, en cambio negaban que pudieran existir las ideas innatas, y para ellos su pensamiento quedaba respaldado, además del empirismo de Locke, a través de la Física newtoniana, que aportaba su propia luz a partir de las explicaciones sobre el mundo físico y natural.
Destaca por tanto la razón humana, presente en el proceso de todos los éxitos científicos que iban apareciendo y que concernían naturalmente al ser humano en su vida cotidiana, su cultura y su libertad. Comenzaba a verse posible que la razón humana fuese el medio más eficaz para alcanzar conocimientos y así lograr la libertad en la vida de los hombres y un mundo justo y, por tanto, todos estos ideales se manifestaban mediante la crítica, opuestos a los ideales del pasado.
Destaca en las obras de Kant el valor de la razón humana como único medio válido de alcanzar la verdad, poniendo en juicio todo lo que se refería a la sociedad en la época: religión, política, moral, libertades y derechos. Sin embargo, existía una clara diferencia entre el pensamiento de la Ilustración y el de Kant. Esta consistía en la concepción de la Metafísica, sobre la cual, a diferencia de los ilustrados, Kant no atacó a la fe ni a las creencias, puesto que en ello se basa la moral del ser humano.